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Obtener certificación FSC exige cumplimiento de etapas

Pequeños pueden unirse para dividir costos y documentación

Para obtener la certificación FSC de manejo forestal, que trae una serie de beneficios al productor, es necesario cumplir algunas etapas importantes y organizar la propiedad, como fue demostrado en este artigo aquí. Según la directora ejecutiva de FSC Brasil, Daniela Vilela, el productor tiene que comenzar a pensar bien antes de contratar una certificadora por qué habrá costos directos e indirectos, que pueden impactar una pequeña propiedad. Para pequeños, con hasta 480 hectáreas de área efectiva de plantación y mil de área total (computando también áreas de preservación permanentes y reserva legal), ella sugiere la unión con otros pequeños productores.

“Nosotros hemos visto, para este grupo, que la unión trae la fuerza, con la posibilidad de certificación en conjunto. Los pequeños se unen, forman un grupo y obtienen un certificado para el grupo, en vez de cada uno obtener un certificado. Con eso, pueden compartir documentos, ganan escala para una consultoría, para si necesitan de un prestador de servicios, dividen los costos, facilitando el acceso. Eso, además de estimular el compartir de conocimientos, lleva también a la profesionalización de todos, una construcción colectiva muy interesante”, afirma. FSC Brasil ya certificó a varios grupos, inclusivo en Paraná, proveedores de Klabin. “Es claro que, en este caso, hay un nivel de responsabilidad mucho mayor porque, si uno hace tonterías, él perjudica a todos los otros. Pero genera un sentido de responsabilidad muy bueno porque sabe que lo qué usted hace está impactando al grupo”, explica.

Costos y tiempo hasta la certificación son variables, caso a caso. “Existe el costo directo, cuando el productor llama una de las cuatro certificadoras autorizadas por FSC en Brasil, que entra en campo para verificar todos los detalles. Ella es quien va a evaluar con el productor cual es el tamaño del área, lo que hay en esa área, la ubicación de APPs, todo el ámbito de la propiedad”, explica. Todo eso afecta en el costo, ya que depende del tamaño del área, de la cantidad de auditores necesarios, el tiempo gastado, si hay poblaciones indígenas y el área de preservación que pueden ser impactados. “Entre contratar la certificadora y la obtención del sello, se lleva entre seis meses y un año, con costos variables”, explica Daniela.

Pero el tiempo y el costo directos son los que menos impactan el proceso, según la directora. Lo que acontece antes de eso es que normalmente pesa en el proceso. “A no ser que sea una propiedad muy bien organizada, ya consolidada, ya con todas las adecuaciones hechas, ese productor va primero necesitar, por ejemplo, evaluar si los empleados están con todas las obligaciones laborales correctas, los exámenes médicos, como están las cuestiones ambientales de esa propiedad, la reserva legal, en fin, va a necesitar tener todos los ítems de evaluación y adecuación antes de la visita de la certificadora. Ese período acaba siendo un poco más largo, porque depende de cómo está la propiedad y el costo de eso también es proporcional. Si hay un trabajo de adecuación y construcción a lo largo de los años, el costo va a ser menor. Pero si hay todo un trabajo a ser desarrollo, ese costo y ese tiempo van a ser mayores”, explica. Eso, según ella, puede desanimar un poco. “Principalmente los pequeños, porque puede quedar muy pesado cumplir todo luego de cara – hay muchas adecuaciones, adaptaciones”.

La buena noticia es que FSC Internacional quiere más productores certificados y no que se asusten con los costos. Por ello, está desarrollando un proyecto llamado Procedimiento de Mejoría Continuada, que debe comenzar a ser implantado a partir de 2022 en todo el mundo. “La norma para manejo forestal cuenta con 10 principios, que son quebrados en 70 criterios y cada criterio tiene varios indicadores. Para obtener la certificación hoy, necesita atender a todo eso en la auditoría. Qué FSC Internacional está proponiendo, principalmente para pequeños productores, es una especie de parcelación. Fueron identificados los requisitos esenciales, la base de la certificación. Ahí, el productor cumpliendo esos requisitos en el primero año, obtiene su certificado y ya puede comenzar a comercializar su producto certificado. Y, a lo largo del ciclo, va cumpliendo los otros requisitos. Hace un plan de acción, 20% en este año, más 10% en el otro, para reducir la demanda financiera y proporcionar una madurez a ese productor, para que él pueda ir creciendo con el proceso”, explica Daniela.

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