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Invertir en forestas en Paraná es un buen negocio

El Estado tiene la cadena productiva más completa del sector y, con la exportación, consume “de la punta a la base del árbol”

En los últimos años, el consumo de derivados de productos forestales viene creciendo. Y quien invierte en plantación de forestas está ganando. Paraná es un ejemplo de eso. Las forestas plantadas en el Estado y en la Región Sur de Brasil , como un todo, son múltiples productos, con destinación en diferentes ramos y sectores de mercado, que van desde la celulosa, papel, generación de energía, chapas, chapas reconstituidas, muebles, marcos, construcción civil, envases, higiene, medicamentos, nanotecnología, alimentación, ropas, entre otros.

Y el productor de árboles paranaense está en una situación todavía más cómoda, según el presidente de la Asociación Paranaense de Empresas de Base Forestal (Apre), Álvaro Scheffer Junior. “Paraná tiene la cadena productiva más completa de Brasil. Las industrias paranaenses, direccionadas en su mayoría para exportación, consumen de la punta a la base del árbol. Así, el productor consigue dar destino para sus productos fácilmente”, afirma. Según Scheffer, el sector de árboles cultivados vive un momento excepcional, “fuera de la curva”. 

De acuerdo a él, el momento cambial está favorable para exportaciones. Países están buscando productos derivados de madera en Brasil y las industrias brasileras están invirtiendo, buscando nuevas áreas para el aumento de plantaciones de forestas, justamente para suplir la demanda de la producción industrial. Pero reconoce que es un mercado cíclico. “En 2018 fue uno de los mejores años para la producción de madera. Ya 2019, fue malo. En 2020, con la pandemia mundial, hubo un aumento asustador de búsqueda por madera”, dijo.

Eso es explicado, según él, por el sistema constructivo de Estados Unidos y Europa, que utilizan el Wood Frame (construcción a base de madera) en sus casas y algunos tipos de edificio. “Con la pandemia, esos mercados hicieron lockdown. Allá, ellos tienen la costumbre de hacer mantenimiento de las casas siempre que pueden. Es decir, la construcción civil americana y europea vino buscar en Brasil su materia prima. El precio subió mucho hasta la base de la foresta”, explica.

Buscando este potencial, Paraná Wood Forestal, empresa del Grupo Paraná Wood (GPW), se está preparando para entrar en el mercado de construcción civil. A cada área de floresta plantada en sus tierras, en São Jerônimo da Serra, al norte del Estado, la empresa viene reservando alrededor de 90 del total de árboles por hectárea para ser destinadas a muebles y construcción civil. “Esto significa seleccionar algunos árboles y dejarlos de pie por más tiempo, cerca de 14 años, ya que ese mercado exige volumen de tronco más grueso y de densidad mayor”, explica el gerente de Paraná Wood Forestal, Douglas Mendes. El GPW cuida de cada foresta cultivada de forma única, con desarrollo de métodos propios que huyen un poco de lo tradicional. Uno de ellos, es la división de cada foresta en terrenos, que pueden tener de 12 a 25ha. Cada terreno es observado atentamente y solo son aplicados los insumos que realmente necesitan, reduciendo costos.

El GPW cree en el potencial de Paraná, uno de los más competitivos de Brasil, y es un ejemplo de caso de éxito en negocios ESG (sigla en inglés Environment, Social and Governance que evalúa empresas de acuerdo a sus impactos y desempeño en tres áreas: medio ambiente, social y gobernanza corporativa). En los últimos dos años, el área de forestas plantadas por Paraná Wood Forestal, tuvo un crecimiento de un 38% y suma hoy 1.460 hectáreas de foresta propia, con plantación, manejo y tecnología empleados de forma personalizada en cada terreno. Con fertilización, tecnología y conocimiento, la producción de eucalipto en Paraná Wood Forestal llega a 65 metros cúbicos por hectárea año. Al final de la cosecha, a cada siete años, totaliza 454.4 metros cúbicos por hectárea.

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